Un símbolo universal por la paz y la dignidad humana.

Un Violín por un Fusil

Museo Internacional de los Derechos Humanos Federico Mayor Zaragoza- Un violín por un fusil

En una de las salas más conmovedoras del Museo Internacional de los Derechos Humanos, nace “Un violín por un fusil”, un proyecto artístico y solidario que reúne la música, la memoria y el compromiso humanitario. Aquí no se ofrece simplemente un instrumento musical, sino un símbolo con alma. Este violín representa la posibilidad de cambiar el curso de las cosas: de sustituir el disparo por la melodía, el miedo por la armonía, el poder de las armas por el poder de la cultura y la compasión.

Su precio es de 300.000 euros, pero el valor que encierra es incalculable. Es una obra viva que contiene en sus cuerdas una historia de paz, educación y diplomacia tejida por uno de los grandes constructores del entendimiento mundial: Federico Mayor Zaragoza. Este violín no está destinado a coleccionistas, sino a corazones comprometidos. Quien lo adquiera no poseerá un objeto, sino una responsabilidad con la humanidad, un gesto firme por el diálogo, la no violencia y la justicia global.

Esta acción no es solo artística ni económica: es una decisión moral. Federico Mayor Zaragoza ha dedicado su vida al entendimiento entre los pueblos, al rechazo de la pena de muerte, a la promoción de la cultura como antídoto ante la barbarie. Conoció y compartió su visión con líderes históricos como Nelson Mandela, Mijaíl Gorbachov, Barack Obama, Martin Luther King, el Dalái Lama, Aminata Traoré y Rigoberta Menchú. Desde la dirección de la UNESCO, defendió la educación como el arma más poderosa para transformar el mundo. Este violín, que ahora se ofrece al mundo, fue testigo de ese camino.

Un Violín por un Fusil - Federico Mayor Zaragoza - Entrega su Violín - Museo Internacional de los Derechos Humanos
Un Violín por un Fusil - El Correo Álava - Museo Internacional de los Derechos Humanos

Mucho Más que un Instrumento

🌍 El valor no está en el objeto, sino en lo que representa

Este violín no es valioso por su marca, su antigüedad o sus materiales. Lo es por su energía. Por la historia que encierra. Por los lugares donde ha sonado y las manos que lo hicieron vibrar. Fue tocado por Federico Mayor Zaragoza, un hombre que, en lugar de empuñar un arma, eligió empuñar la música como herramienta de sanación, encuentro y transformación. Por eso, más que un objeto, este violín es una relíquia ética, una pieza de alma humanista, un talismán de fraternidad.

A través de él, el Museo lanza un mensaje claro: la cultura es la mejor defensa contra la barbarie. Los 300.000 euros que cuesta su adquisición no se traducen en una simple compra, sino en una aportación directa al fortalecimiento de los derechos humanos, la educación en valores, la memoria de las víctimas del odio y el impulso de nuevas generaciones comprometidas con la paz. Es una herramienta de construcción social, un ancla simbólica para quienes entienden que cambiar el mundo empieza por invertir en él.

Federico Mayor Zaragoza no solo trabajó desde la diplomacia. Lo hizo también desde la sensibilidad. En veladas con líderes como Mandela, Rigoberta Menchú o el Dalái Lama, elevó su violín como símbolo universal del entendimiento. Escuchar su música era presenciar la unión de la razón con la ternura. De la justicia con la belleza. De la ética con el arte. Este violín conectó causas, culturas y continentes, convirtiéndose en una extensión de su pensamiento: la paz se entona, se construye, se interpreta.

Federico Mayor Zaragoza - Museo Internacional de los Derechos Humanos
Federico Mayor Zaragoza - Ex Diputado al Parlamento Europeo - Museo Internacional de los Derechos Humanos

Su Violín Personal

Federico conoció a Obama, Gorbachov, el Dalái Lama, Mandela, Martin Luther King, Aminata Traoré, Rigoberta Menchú...

El violín que ahora se ofrece al mundo no es un objeto sin alma, es un testigo del tiempo y de la lucha por la paz universal. Perteneció a Federico Mayor Zaragoza, una de las voces más lúcidas y activas del siglo XX y XXI en defensa de los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte y la promoción de la educación como arma transformadora. En sus manos, el violín no era un lujo, sino una herramienta ética, un instrumento de sanación y armonía en los lugares más necesitados.

Federico no solo fue un destacado científico y político, sino también un profundo amante de la música. Tocó este violín en reuniones diplomáticas, actos culturales, encuentros de reconciliación. Su música fue escuchada en contextos donde la palabra sola no bastaba. A través de las notas de este violín, se construyeron puentes entre pueblos enfrentados, se sembró esperanza en comunidades heridas y se elevó la dignidad en medio de la injusticia. Allí donde un fusil hubiera causado silencio, este violín ofrecía luz.

Quienes compartieron momentos con Federico Mayor Zaragoza —Obama, Gorbachov, el Dalái Lama, Mandela, Martin Luther King, Aminata Traoré, Rigoberta Menchú— reconocen en él a un «concertino del mundo», como lo definió Jesús María Alegría Urtiaga. Su liderazgo nunca fue impositivo, sino inspirador. Este violín fue el eco de su mensaje: «Nunca para bellum. Siempre para verbum.» Es decir: no para la guerra, siempre para la palabra. Y ahora ese eco continúa, esperando nuevas manos que lo hagan sonar por los pueblos del mundo.

Música

Un Violín por un Fusil

Letra en Inglés

A VIOLIN FOR A RIFLE From a corner of Havana it rose,a dream from the rubble and sun.

A child was plucking hope from copper strings and sorrow undone.

It was no luxury, but a cry,a hymn woven in trembling steel, a note that carved open the sky where hatred had planted its seal.

A violin instead of a gun, a guitar instead of a scar, a flute chasing shadows that run, from death hiding deep where we are.

Thirty years of brave chords resound, of rhythms that shelter the skin, with fingers worn hard by the soul, and scores sweet as honey within.

Syria hears echoes of peace, Cabo Verde sings them with grace, and in Tangier the heartbeat returns that in Iraq defies laurel’s embrace.

They bring no armies, only songs, they do not fire, they lift the air, and in the harbors of the heart they leave music instead of despair.

They say they are paid with laughter, their treasure the glow of a drum, that music heals haste and disaster, and rescues love from the slum.

Thank you, Pinttu, for seeing a child with an orchestra sleeping inside.

Thank you for teaching us gently that a lute can bid war goodbye… …goodbye to the rifle, the terror, the night, hello to peace in her naked disguise.

For art is the flag raised high when the world forgets to be kind.

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Un Violín por un Fusil México 2025

Una plataforma educativa, interactiva e inclusiva que promueve la memoria, la justicia y la acción en favor de los derechos humanos. Accesible desde cualquier lugar del mundo, en múltiples idiomas y dispositivos, el museo ofrece recursos para aprender, reflexionar y actuar.
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